El Centro Rural Agrupado Campos de Castilla abre sus puertas con apenas cinco alumnos en Becilla y Ceinos, y con cuatro en Bolaños, gracias a los hijos de personas inmigrantes que trabajan en las localidades.
Pero no todos se quedan a vivir durante mucho tiempo, por eso los profesores también tienen que hacer frente a la itinerancia de los propios alumnos, que muchas veces entran en el colegio con el curso iniciado o que se van del pueblo a mitad de año.
En más de una década, la escasez del alumnado ha obligado a la clausura de las aulas en Castroponce y en Unión de Campos.
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