La provincia registró (con 5.938 personas) su segundo mejor saldo migratorio desde 2007 (el año inmediatamente anterior a la gran crisis económica). Esto supone que vienen a vivir a Valladolid más personas de las que se marchan, en un movimiento empujado por los aportes desde el extranjero (con Colombia, Marruecos y Venezuela en cabeza) y, en los últimos meses, sobre todo, por la mudanza desde otras provincias.
Son precisamente estos fenómenos migratorios los que consiguen compensar la pérdida de población que desde 2012 sufre Valladolid por causas estrictamente naturales.
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